Durante estos días me he despreocupado de todo el tema de la crisis. Estaba de vacaciones. No me atrevo a calibrar cuál es el impacto que la crisis está teniendo en la economía francesa porque no tengo idea de cuál es la evolución de magnitudes como el paro, el PIB o la inflación.
Pero, por lo que he visto, en el centro de París no se da ese fenómeno tan característico en estos tiempos de Madrid y otras ciudades españolas de los carteles de “se vende”, “se alquila” y “se traspasa”, que cuelgan de casas, oficinas y otros locales comerciales.
No se ven apenas este tipo de carteles en zonas como los Campos Eliseos, Rivoli o los grandes bulevares, muy al contrario de la cantidad de carteles de estas características que se pueden contemplar en el Paseo de la Castellana, la Calle de Alcalá, la Puerta del Sol, la calle Arenal, la Gran Vía...
Otra gran diferencia que se puede ver entre París y Madrid, es el menor número de sucursales bancarias que hay en las calles. A lo mejor viene mañana un especialista financiero y me demuestra que el número global de sucursales es mayor en Francia, pero a “ojo de buen cubero”, no me lo creería. Le iba a costar convencerme.
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