La evolución que está experimentando el euro en los últimos tiempos a causa de la crisis está generando todo tipo de incógnitas en la mayoría de los países del Viejo Continente. Esta tarde he entrado a comprar una botella de agua en un establecimiento de la cadena Franprix, es una especie de 'Día', aunque quizá un poco más modesto en los productos ofertados. Al pagar, la chica de la caja me ha dado un ticket en el que, junto a los costes de la compra, se indicaba que un euro equivale a 6,55957 francos.
"Caramba, córcholis", me dije al ver estas indicaciones. Pero, ¿por qué en las tiendas francesas se sigue ofreciendo esta información tantos años después de la aparición del euro? Hay muy pocas respuestas convincentes; o bien los ciudadanos y ciudadanas galas siguen aclararse con la divisa común y su tipo de cambio frente al franco, o bien están avisando de esos tipos de cambio ante una eventual desaparición del euro.
Hay que estar muy alerta, no sea que Sarkozy se esté moviendo con rapidez para volver a la Grandeur monetaria.
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