El 26 de marzo escribí en este blog que si te quedas en casa una mañana de cualquier día de la semana, estás totalmente a merced de empresas eléctricas, telefónicas, gasistas, financieras... todas llaman porque quieren vender lo que sea. Pues la historia se repite y se repite.
No acostumbro a dormir siesta porque habitualmente como fuera de casa, pero hoy, como hacía calor, decidí venir a casa a mediodía. Tras comer un gazpacho, un filete y fruta, decidí recostarme un poco en el sofá. "Unos minutos de sueño no me vendrán mal", pensé. A eso de las tres y media, cuando estaba inmerso en la ventana de sueño correcta, el timbre del teléfono me sobresaltó. Un poco atontado todavía, me levanté y cogí el teléfono.
Definitivamente, no era nada urgente. Era una señorita de la empresa Jazztel que me llamaba para no sé qué, y digo que no sé qué era porque no le presté atención. Antes de que me soltase el rollo habitual que los jefes ordenan a los empleados, respondí que "no me interesa nada su servicio y además me parece fatal que me hayan llamado a estas horas. Es una falta de respeto llamar a mediodía. Muchas gracias y adiós".
Fui brusco pero no maleducado. Pero es que se ha perdido todo respeto a la hora de llamar. A mí me parece muy bien que desde los call center se llame haciendo ofertas de todo tipo, pero coño, que no se llame a las tres y media de la tarde, que es la sobremesa, o al menos ha sido así toda la vida. Y si se sigue así, cualquier día llamarán a las cuatro de la mañana.
Denúnciales a Industria... (o métete en la lista Robinson esa)
ResponderEliminarJ. L. N.